Corría el año de 1997 y 3 hombres de gorro blanco se preparan alrededor de una mesa de trabajo de acero para empezar el servicio de lo que sería el boom de la gastronomía de ese año en la ciudad de Bogotá.
Anclado en el centro de La Candelaria y con la osada visión de su Fundador Camilo Ayerbe, en esa espectacular mañana se abre la cocina al público.
Con 5 sartenes, 3 cucharones y 2 ollas, pero con un mise en place avezado y dirigido por el Chef Jose Alberto Ruiz, sale al aire una de las cartas que marcaron un cambio y derrotero de muchos cocineros y chefs desde ese momento en Bogotá.
Solo existía el SENA y los escasos programas de televisión, por lo cual los medios impresos voltearon sus ojos a la cocina del Hotel de la Ópera. Los fogones del Restaurante la Scala no descansaban de preparar la emblemática Langosta en Gazpacho y Mango, el clásico Tortino de Camarones y la pasta artesanal, siendo tal vez el primer sitio de nacimiento de fabricación de pasta "in house" en un restaurante. La pasta fabricada en una máquina Imperial casera que Don Camilo Ayerbe y doña Laura Lombardini, su esposa y coequipera fundadora trajeron de su casa en Italia. Así mismo trajeron sus recetas únicas e inigualables hasta el día de hoy como el Tiramisú y los Tortellinis de Ricotta en Mantequilla de Salvia, entre otras.
El Carpaccio de Res , el Cotechino y la Bresaola marcaron la diferencia y deslumbraron la
calle 10 con colas de comensales ávidos por entrar a disfrutar de la experiencia gastronómica y lograr una mesa en el restaurante.

Desde presidentes y expresidentes colombianos, dirigentes mundiales, diplomáticos, intelectuales, artistas y el bogotano común, han visitado con deleite el comedor del Hotel de la Ópera. Hemos tenido el honor de cocinar para múltiples personalidades. Todos han degustado platos tan icónicos como la Sopa de Lentejas y Camarones, con un sabor picante propio de la cocina Creole o los Pescaditos de Ternera con Uvas en Reducción de Vino y Miel.
El foco en los detalles, la sencillez y el sabor son las premisas que hoy se llevan como objeto casi misional. En la vinculación del personal se eligen Cocineros, no Chefs. No todos los Chefs son buenos cocineros. La investigación permanente, reta a la cocina del hotel a presentar platos de las diferentes regiones del país como el exitoso Arroz Chocoano, que es una interpretación propia del arroz clavado o la Pesca del Día Sobre una salsa de Mote de Queso.
Lo mejor esta por venir en estos próximos 25 años que empiezan y lo invitamos a que usted sea protagonista de esta historia gastronómica.
¡¡¡Viva la Cocina del Hotel de la Ópera!!!
Luis Miguel Rangel
Chef Ejecutivo